La Gran Muralla de Internet de David Cameron bloquea sitios dedicados a Software Libre y Linux para los menores.


Linux Magazine – Edición en Castellano nos comenta que la censura usando la tecnología vuelve a primera plana con ese titular que yo he copiado.


La verdad es que el artículo (de Paul Brown supongo) que podéis ver pulsando aquí se deja bien claro. El gobierno de Gran Bretaña está en manos de gente muy poco sana. ¿Cómo sino se atreverían a usar la escusa de la seguridad de los niños para impedirles entrar en páginas de software libre?

Dicho con más precisión: ¿Cómo se atreven a cometer la barbaridad de atropellar el software libre cuando lo que deberían en realidad es potenciarlo en vez de perseguir contratos con empresas conocidas mundialmente por su agresividad y criminalidad?

Sí, criminalidad probada. Sus crímenes les han valido multas multimillonarias y perdidas de juicios múltiples hasta llegar incluso a ser sentenciada Microsoft a ser troceada en pedazos como castigo por sus abusos.

¿Cómo se atreven? ¿Cómo demonios se atreven?

¿No les da vergüenza pensar que se les recordará por sus felonías?, ¿que ese es el legado que dejan para la historia?

Yo solo veo una respuesta aunque no soy especialista y podría estar equivocado. Corregidme si me equivoco. No les importa porque estamos tratando con sicópatas gobernantes, muy común en estos días. No tienen ni vergüenza, ni sensación de culpabilidad, ni escrúpulos para manipular y mentir haciéndose pasar por defensores de la infancia para conseguir sus fines económicos y sus ambiciones. Esos son sus síntomas. No sé cómo han llegado a tenerlos pero, creo que esos síntomas señalan claramente el mal que llevan dentro.
Nuestra responsabilidad
Un sabio árabe (Muhammad ibn Abdulah ibn Abdulmutalib) dijo una vez que si una persona veía a otra hacer el mal debía pararle, con sus propias manos, sino podía, con la boca, y sino, al menos en su corazón. Al menos debería sentir rechazo.

Yo no puedo parar a ese gobernante con mis manos, pero desde luego no me voy a callar ni dejar de sentir repulsa. Pero voy añadirle algo a la idea del árabe, le falta lo que antes he mencionado: no debemos olvidarlo.

Para que no vuelva él, alguno de sus amigotes o alguno en el futuro con un parecido problema de ambición y lo intente de nuevo de alguna otra forma.
La libertad de expresión y de pensamiento no debe nunca intentar censurarse. Por suerte la ignorancia de combate muy bien con el conocimiento y los valores como la libertad; igual que el crimen se combate muy bien con el conocimiento y valores como la justicia. De hecho hay poca distancia entre ambos ejemplos.

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