Quien te ha visto y quien te ve, Ubuntu !!!



Hace 6 años, cuando se lanzaba la primera versión de Ubuntu al mercado, muchos usuarios del universo GNU/Linux, vimos en esta distro el soplo de aire fresco que necesitaba el Software Libre para acercarse a las grandes masas de una manera más sencilla. Pero el tiempo ha pasado y muchos de los que empezamos con esta distribución ya no estemos tan seguros de ver en ella el mismo rumbo que marcara en sus inicios.

    A
día de hoy no se puede negar, pese a quien le pese, que Ubuntu
se ha convertido por derecho propio en una de las distros
más populares dentro y fuera
del panorama linuxero,
gracias a su filosofía de acercarse al usuario menos experto con
características como la fácil instalación, la búsqueda de codecs
de audio y video o la facilidad a la hora de instalar los
controladores de ATI o
Nvidia y eso sin
contar con el nuevo Centro de Software de Ubuntu que
nos permite instalar programas de una manera muy visual y sencilla o
la altísima compatibilidad con hardware de todo tipo.

    Sin
embargo, Canonical,
la empresa tras Ubuntu,
está tomando algunas decisiones que el usuario más comprometido y
veterano puede no ver con buenos ojos. Por ejemplo: se ha hecho
desaparecer The Gimp
de la instalación inicial argumentando que “es un software
demasiado complejo para el usuario”. El software sustituto elegido
ha sido F-Spot para la
versión más reciente de Ubuntu. Pero no queda ahí la cosa!!! Ya se
ha anunciado que para la próxima Ubuntu 10.10,
F-Spot será sustituido por
Shotwell. Por supuesto
estos cambios repentinos no ayudan a dar una imagen seria a una
distro que hace 6 años
que está con nosotros. Más bien lo que consigue transmitir es la
sensación de improvisación, como si de una distro
recien nacida se tratara. Claro está que si los cambios sólo fueran
estos, no habría más complicación, pero cuando uno se entera que
se eliminan programas de la instalación base como Aptitude
o el propio Synaptic
la cosa ya empieza a preocupar más. Seguirá existiendo apt-get
y que Synaptic se
elimina para dar paso al Centro de Software de Ubuntu,
pero a los ojos de los usuarios más puristas esto puede indicar un
camino de no retorno. Si aplicamos el sentido común, no cuesta mucho
deducir que en un tiempo no muy lejano nos quedemos sin shell
y todo en nombre de la simplificación para el usuario más
ocasional. Desde luego Ubuntu no
puede dejar escapar a los usuarios más ortodoxos e incondicionales y
prestar sólo atención a los usuarios más ocasionales ya que estos
se prestan sólo a instalar una distribución GNU/Linux durante unos
meses para después volver ,una vez más, a su rutina Windows.
    Otros
de los temas calientes, a mi entender, son los que yo denomino efecto
Itunes y efecto
Android. Otra de las novedades
que se nos han presentado en las últimas entregas de Ubuntu
es la posibilidad de comprar música comercial al más puro estilo
Itunes de
Apple mediante el reproductor de
música de Ubuntu, al
precio nada despreciable de un euro por canción. Por supuesto
entiendo que Canonical
busque fórmulas para financiar a Ubuntu,
pero desgraciadamente muestran pocos escrúpulos ofreciendo música
comercializada por las grandes multinacionales que tanto tienen que
ver con el DRM y que están representadas por organizaciones como la
RIAA o la propia SGAE con su más que polémico canon digital. Creo
sinceramente que es muy desafortunado ofrecer este tipo de productos
desde una distribución supuestamente libre cuando existen otras
fórmulas de venta musical mucho más cercanas a la cultura libre
como es Jamendo o
Magnatune, que
distribuyen música bajo demanda con licencia Creative
Commons.

   Si
esto no fuera suficiente, a los chicos de Canonical
también se les ha ocurrido la brillante idea de vender software
desde su flamante Centro de Software de Ubuntu al
más puro estilo Android Market. De
momento no se ha comunicado el tipo de software que se pondrá a la
venta, pero es de suponer que se ofrecerá software NO
LIBRE, como ya se hacía desde
la página oficial de Ubuntu. Desafortunada
decisión desde mi punto de vista, cuando por ejemplo, podrían haber
optado por la petición de donativos al instalar ciertos programas y
que el dinero recolectado se invirtiera tanto en la propia Ubuntu
como en la comunidad de desarrolladores de software libre.
Sinceramente como usuario prefiero hacer un dónativo por un programa
libre que no pagar por un programa NO LIBRE.

    A
las conclusiones a las que se puede llegar creo que son evidentes:
por un lado Canonical como
empresa privada y al igual como ya han hecho Red Hat,
Google o IBM,
piensan única y exclusivamente en sus intereses comerciales, dejando
en un segundo plano los valores éticos del Software Libre
y a su comunidad más activista. Sólo hay que mirar atrás para ver
los acuerdos entre Novell
y Microsoft, el uso de
Google del núcleo
Linux para crear su
sistema Android alimentado
por software NO LIBRE o como IBM
sólo aporta a Linux
aquello que necesita para que funcione en sus ordenadores y
servidores exclusivos. En vista de los acontecimientos, el panorama
que presenta esta distribución es desalentador tanto para los
usuarios presentes como futuros: los usuarios presentes irán viendo
como una de las grandes distros va
adoptando unas formas lejanas a la filosofía libre y por desgracia,
los futuros usuarios que elijan a Ubuntu
por su posición dominante tendrán una visión muy distorsionada de
lo que representa el Software Libre
y un sistema GNU/Linux.

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